Señor Roberto Prieto, respete a los cordobeses

Señor Roberto Prieto, respete a los cordobeses

Por: Victorino Gasparín:

Victorino GasparinEran las 8 de la noche, camino a casa pasaba por la morada mi compae ‘Mingo’. Él, muy sereno, meneaba la mecedora heredada de su padre en la puerta de su terraza, todas las noches se sienta después de ver el noticiero. Había senado arroz de coco, ñame criollo y carne molida; de pasante, como decimos los cordobeses, un vaso de electroplata lleno de jugo de corozo con mucho hielo; ya sentado reposando la última del día, me llamó y con gusto me senté en el taburete que tenía a su izquierda, Sí, en la casa del compae las sillas plásticas no existen. El zócalo de losa con el bombillo incandescente, ilumina la terraza. “Yo no coloco esas de esas lamparitas ahorradoras, porque estoy mamado de que se los roben”, dijo ‘Mingo en un tono sarcástico.

La charla que iniciamos, es un resumen de las noticias del día, de los cuentos políticos de la región que son tan comentados en la oscuridad. -Somos famosos- me dice y mientras se acomoda en la mecedora me expresó en una actitud seria,  “vea mijo, estamos bien jodidos, tenía rato que no veía tanta noticia mala de Córdoba, robos, corrupción, en fin; nos tienen en boca esos cachacos”.

Justo en ese momento sale el hijo del compae, un jovencito de 14 años, con motilao de futbolista, pantaloneta, suéter blanco ajustado y chanclas tres puntadas; pasa acelerado y mal encarado; primero, porque hay un solo televisor y la mamá no lo deja ver sus programas, se sienta en el pretil de la terraza, agarra su celular y repasa su dedo por el dispositivo, noto que entra a Facebook y al rato dice, “Joda, chee” la misma vaina del noticiero; explíquenme ustedes, ¿por qué voy al noticiero y hablan mal del Córdoba? Vengo al Facebook y hablan mal de los cordobeses, ¿Qué está pasando hombe? ¿Por qué ustedes no defienden a nuestro departamento?

Y yo dije, hasta razón tiene el pelao, una profunda reflexión nos dejó aquel desgarbado hijo del compae; no sabemos defendernos; Roberto Prieto gerente de la campaña de ‘Santos Presidente’, salpicado por los dineros procedentes de Odebrecht, lanzaba una frase, en el momento menos indicado, generalizando, Y tratando de paracos mafiosos a los del Sinú. Pero lo más indignante fue que tan gallitos que somos en las redes sociales, y solo unos pocos reaccionaron sin eco entre ese mundo hostil de las redes. Lo más Decepcionante, solo un Senador expreso su voz de rechazo; Pregunto ¿y los demás Honorables? ¿Dónde está Barguil? ¿Qué se hizo Arleth? ¿Piedrahita estará impedida para defender tremenda estigmatización? y ni hablar de Doña Yazmina, seguramente tiene que pedir permiso, ¿o será que Fabio Amín esta arrodillado? ¿Nora García qué?, De Raymundo ya sabemos que no se espera nada; Musa y ñoño en el ojo del huracán se esperaba su silencio; Y el gran defensor de la niñez, Joche Tous, no fue capaz ni de twittear exigiendo respeto.

Esta es Córdoba, la que duele, la estigmatizada por esos políticos corruptos que la sociedad elige, duele la tierra, sus gentes; los elitistas cachacos anclados al poder se creen dueños del país y a ellos no se les puede cuestionar, pero también es cierto que los nuestros han dado mucho de qué hablar con sus actuaciones deplorables; pero no hay derecho señor Prieto que denigre de Córdoba, desde aquí le exijo respeto. Defiéndase, pero no enlode nuestra región excusando su actuar tratándonos de ‘paracos mafiosos’, usted está tan cuestionado, que terminará pagando los errores, es más, apuesto mi mano derecha, que su Presidente lo dejará solo y de comprobarse el delito irá preso, y Juan Manuel Santos, el gran Nobel, cargará su elefante a cuestas, pero libre. RESPETE señor Prieto.

Y una última cosita, ojalá este tema no se olvide y en las próximas elecciones se acuerden de aquellos que votaron la reforma tributaria con ese 19% de IVA, esos que se han beneficiado de los cupos indicativos (Mermelada) para beneficio propio, que no fueron capaz de defender a su Córdoba, que tanto dicen amarla pero que les quedo grande luchar por ella.

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