Nestor Humberto Martínez, juega a cuatro bandas

Nestor Humberto Martínez, juega a cuatro bandas

Por: Victorino Gasparín.

Victorino Gasparin

Cuando Néstor Humberto Martínez asumió la Fiscalía general de la nación las dudas de su nombramiento eran muchas, un abogado laureado, triunfador, ministro de Justicia en el gobierno del elefante Samper en 1994; ministro del Interior en el gobierno del delfín Pastrana; ministro super poderoso de la presidencia de Santos, renuncia después de generar conflictos con Juan Fernando Cristo y Yesid Reyes en la presentación de la reforma del equilibrio de poderes. Licenciado del Gobierno Santos llega a dirigir nuevamente su bufete de abogados y es aquí donde empieza nuestra historia que hoy lo tiene dando bandazos con la cabeza hinchada, y viendo su manejo en la Fiscalía  noto que no sabe qué hacer con el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, con su super jefe German Vargas y con su buen amigo el Presidente.

Las incompatibilidades de Néstor Humberto son evidentes, un funcionario que ha estado en muchos cargos, que sabe el manejo interno del gobierno, los secretos que debe conocer de cada uno de sus fieles amigos, no es de fiar. Para nadie es un secreto que la guerra y el narcotráfico son hijos de la corrupción de un país desigual enterrado en su propio territorio, el mal viene de ahí, del mal manejo de los grupos políticos, su filosofía radica en vivir de los impuestos de los colombianos. Diseñaron un sistema para feriarse los recursos. Por eso Néstor Humberto que estuvo en todas las toldas burocráticas tiene el deber moral de rescatar y sentar un precedente hoy en el país, en sus manos reposa en gran parte  el renacer de una nueva Colombia. Pero otro escenario parece estar llevándolo a dar bandazos. Uno a uno sus negocios se han ido conociendo. Deduzco que tal moral para llevar todos estos casos le va resultar difícil cumplir con su deber; o se pone del lado de la estabilidad democrática e institucional del país o direcciona el taco entizado hacia el orificio del medio, ayudando a sus amigos.

Odebrecht es el examen final del súper ministro y hoy Fiscal General de la Nación, la justicia estadounidense, está pendiente de sus actuaciones, ellos los gringos son exigentes con la Justicia, no perdonan que laven dinero en su sistema financiero y una de las razones que expusieron es que las penas por este caso fuesen ejemplarizantes sin distingos de fueros, caiga quien caiga, y ahí está el reto del señor  Martínez. Pero al parecer el Fiscal no sabe qué hacer, de las cuatro bandas que está atacando ha tenido injerencia asesorando o siendo funcionario.  Un caso relevante y delicado es su cercanía con el banquero que se volvió constructor, Luis Carlos Sarmiento, o sus herederos se extralimitaron en un campo poco conocido para ellos, y están pagando su injerencia en temas de los cuales ellos no tenían la experiencia o literalmente Navelena amenaza su emporio por una decisión de la cual el señor Néstor Humberto Martínez tuvo que dar  su visto bueno para no usar los dineros de la filial banco AVAL y sí usar los dineros del Estado con el préstamo al Banco Agrario, como dirían en la calle los comerciantes “ No hay mejor negocio que  el que se hace con dinero de otros, sin riesgo y con todas garantías”.

Pero lo más indignante es la estigmatización a los contratistas colombianos, a  los padres de la patria no les gusta trabajar con contratistas de la región por la sencilla razón que no les favorece que conozcan de sus negocios, cuando apareció Odebrecht pensaron que la «Virgen de los dineros» se les había aparecido, se engolosinaron y de no ser porque la Justicia EEUU está en medio, nada de esto se estuviese investigando y dando resultados. Otro tema cuestionable es la cantidad de ruedas de prensa informando a lo que analizo, “previniendo” a los implicados con anuncios de acciones venideras.  Mientras en otros países Presidentes y altos funcionarios están en la cárcel, en nuestro territorio parece más un Show publicitario sin indicadores de resultados; Aquí noto al Fiscal general jugando con candela, y los gringos lo pueden quemar en la hoguera. Por otra acera sus amigos aquel cliente fiel del burdel a la cual sus putas tristes a falta de un año de salir ya no le quieren dar servicio ni por todo el dinero del mundo, y del otro lado los borregos del Ubérrimo temen que su vasallo fiscal no los mida con el mismo racero.

El más grande perjudicado es German Vargas Lleras y su socio Luis Carlos Sarmiento, el escándalo Odebrecht está superando limites impensables, todos están untados, nadie se salva en este episodio funesto de nuestra historia política, de las acertadas decisiones de Néstor Humberto, subirá o se enterrara la candidatura de Vargas Lleras, pero siempre lo perseguirá este caso, se eligió con dineros de la multinacional brasileña aunque hoy quieran hacer ver que un millón de dólares solo fue un acercamiento a la campaña Santos – Vargas.

Así como aún no hay capturas de los cerebros de los carteles en Córdoba, por el mismo camino va el caso Odebrecht. Mientras tanto Reficar está quedando en el olvido y el Ministro que promulgo la mermelada que hoy posa como gran Gerente de Ecopetrol lanzó una nueva frase que causa estupor leerla, “No se puede decir que un sobrecosto se llame corrupción”, mídale el calibre a tremenda apreciación, así de mal estamos. El país está esperando el mejor ataque del honorable fiscal Martínez, lo mejor es que que de una vez por todas  afine su puntería y gane la partida. Las 15 bolas del billar  están en la mesa y en su mano tiene el mejor  taco, solo esperamos que utilice bien los efectos y pueda meter la bola 8 en el hueco indicado.

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