La corrupción en Córdoba, un cartel provinciano con jefes capitalinos

La corrupción en Córdoba, un cartel provinciano con jefes capitalinos

Por: Victorino Gasparín:

Clanes, combos, pandillas o como quieran llamarlo son los nuevos nombres que suenan por estos días en la política cordobesa y del país, resulta que hoy todo el sistema está corrupto pero nadie decía nada. A lo largo de casi 50 años en esta región sabanera ha pasado de todo, los caciques de pueblo que gobernaron por años están caídos en desgracia, parecen ser unos “narcos” politiqueros que han deshonrado la tierra, gozan de 10 años de opulencia electoral y después se esfuman en la podredumbre de sus actos.

El Cartel de los 80 y los 90

Así como en el proceso 8.000 José Francisco Jattin y Joche Elías fundaron con sus acciones un capitulo macabro de la historia siendo estos los primeros condenados por haber aceptado dineros del cartel de Cali, pero todo no paro allí sin haber aprendido la lección llego la para política y nuevamente el departamento estuvo en el ojo del huracán, Eleonora Pineda, Miguel de la Espriella, Reginaldo Montes, Juancho López Cabrales, Zulema Jattin y otros Ganaderos personalidades de Córdoba. Al parecer la lección no se aprendió, llegó otra generación nueva que auguraba un nuevo comienzo pero todo quedó en buenas intenciones, estos tenían una responsabilidad histórica para limpiar la honra del departamento, en vez de sacudirse decidieron crear carteles del delito para saquear las finanzas. Implementaron un régimen de hacer política estilo narcotraficantes, todo se compraba,  crearon una organización electoral delincuencial, como cultura el dinero fácil estos caciques compraban al mejor estilo de una subasta a líderes, contratistas y la burocracia que se obtenía era rifada entre los súbditos del Senador, representante, Gobernador o Alcalde.

La «Herencia Maldita» mejorada

Los grandes capos de la capital vieron el potencial de estos nacientes «delincuentes» y aprovecharon su ambición y sus nuevas estrategias para usarlos como carnada electoral, les dieron entidades, mermelada, contratos,  era una época donde el poder se sentía fuerte, la prepotencia más que un defecto era un don, las parrandas con grupos vallenatos eran gratis, los lujos al estilo jeque árabe se mostraban como trofeo, la sociedad los adoptó e hizo de ellos unos ídolos, las fincas se hicieron celebres por las fiestas, las «prepagos»desfilaban en las pistas de resonancia de caballos. Las fiestas de club quedaron atrás,  la moda era estar en esas bacanales rumbas con el político de moda. Allí se feriaban contratos, se acordaban pactos, porcentajes y puestos; allí empezó la raíz del problema, los “Carteles. Sin miedo a nada empezó el saqueo, la compra de contratos. Nació la estructura que aún hoy con tanto escándalo no se ha desmontado, la fuente asegura que hoy los alcaldes y gobernadores son socios en los contratos, tienen un sistema montado con proveedores, ferreterías y hasta han creado empresas para que el dinero quede en un gran porcentaje en las arcas del gobernante. Desde la capital los grandes jefes dueños del país veían todo, los dejaban vivir su juego a los ingenuos provincianos, ya tenían suficientes pruebas si algún día los grandes jefes eran descubiertos, y así fue que lo impensable paso, un señor Odebrecht sacudió la mesa de ajedrez  y desde EEUU empezó la caída de la estructura, desde la capital ya sabían a quién culpar y ensuciar, es ahí cuando caen los “ÑOÑOS” Bula y demás, eso estaba escrito.

El gran error de los provincianos fue creerse capos cuando los verdaderos despachan desde Bogotá, desde otra orilla y acosado por el cartel más peligroso de Colombia, otro cordobés acorralado por las extorsiones de los togados, a consecuencia de sus actos delictivos decidió jugarse una partida impensable para muchos, no soportaba los cantidades descomunales que le pedían para dormir sus procesos, parecían insaciables las peticiones, acorralado por sus socios que después de patrocinar su campaña a gobernación decidieron abrirle guerra y el cartel de la toga tras de él, desde EEUU decidió acabar con todos y sus extorsionadores. Hoy es testigo protegido y clave de todos los carteles desde el gobierno nacional y local; Una jugada de jaque mate para todos y una estrategia para burlar la justicia en su país para otros con sabor a venganza.

Los capos del interior

Desde la capital se controlan los carteles provincianos allá están los verdaderos jefes, son los que ordenan, calculan y operan el sistema de un país mal diseñado política y constitucionalmente para sacar el mejor provecho a sus actos delictivos.

El verdadero Jefe habita en la Casa de Nariño y sus lugartenientes los ministros que tienen por misión controlar el capitolio con dádivas clientelistas llamadas cupos indicativos o la famosa mermelada. El fin de estos actos va encaminado para que le aprueben proyectos y leyes que se convierten en negocios, es allí donde los provincianos empiezan a creerse capos de sus regiones, creen que son tenidos en cuenta pero en realidad son usados y cuando no sirven desechados. La inquisición política capitalina es de un orden avasallante como por ejemplo ellos son solidarios con su orden jerárquico, Gina Parody, Cecilia Alvarez fueron lugartenientes del Gobierno, hoy por más pruebas que existan en contra de ellas nada pasará. Roberto Prieto amigo personal del Nobel, debe conocerle muchos secretos a su amigo, es al único que le ha cumplido y hoy goza de inmunidad. Mauricio Cárdenas un vástago apéndice de la rosca capitalina tiene al país al borde de una crisis económica a raíz de sus políticas clientelistas de su amigo el Presidente. Inmerso en numerosos escándalos con REFICAR, NAVELENA, FONCOLPUERTOS, jamás ha sido responsable, es el aliado perfecto para camuflar los actos delictivos. Como pueden ver nadie de la capital cercano al palacio de Nariño cae, y todos los caídos hasta el momento son provincianos, quiere decir que la tesis es válida, el gran Cartel habita en la capital.

Así como están las cosas Santos cada vez que se muestra en el espejo busca verse como Noble con corona pero su cola se le asoma moviéndose lentamente diciéndole “Diablo has sido y diablo seguirás”. La impunidad solo funciona para los burgueses capitalinos y al parecer nada cambiará.

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