¡Esta vez no faltaron los cinco centavitos para el peso!

¡Esta vez no faltaron los cinco centavitos para el peso!

Por: Héctor A. Enríquez López

Twitter: @HectorEnriquezL

El día martes 10 de octubre de 2017 será guardado en la memoria histórica del fútbol colombiano. Es imposible olvidar el rostro de Radamel Falcao García a las 6:27 de la tarde; su rostro reflejaba angustia, ansiedad, tenía tomado de la mano a un niño, seguramente peruano, quien le acompañaría al gramado del Estadio Nacional de Lima; estaba en el túnel, junto a sus compañeros, junto a sus rivales y junto a los niños que saldrían con cada jugador, pero Falcao por su mirada no se daba cuenta que estaba rodeado por ellos y por 40 mil almas peruanas que alentaban sin cesar a su Selección. ¡Falcao pensaba únicamente en lo hermoso que sería estar en un mundial de fútbol!

Al saltar al campo de juego la euforia fue mayor, Falcao seguía ansioso, pensando que esta sería su última oportunidad de ir a la máxima cita del balompié mundial, atrás quedaban los logros en sus clubes, la clasificación al mundial de Brasil, la lesión que lo marginó de competir en dicho evento, los malos años en el fútbol inglés, poco importaba la nominación al balón de oro 2017, en este instante únicamente importaba clasificar, como fuera pero clasificar.

Se paró junto a los jueces que impartirían el orden en el partido, estrechó la mano de su contendor y se vivió una situación que rara vez se vive en el fútbol, su rival, Paolo Guerrero estaba en la misma situación que Falcao, esta sería su última oportunidad de ir a un mundial.

Paolo es un jugador de gran trayectoria y experiencia, tal vez no sea tan reposado como Falcao, tal vez su estilo sea un poco más agresivo y polémico, tal vez en cancha no sea tan higiénico como el colombiano, pero en ese momento se veía la misma mirada en los dos futbolistas, una mirada llena de ansiedad.

Cuando el juego inició se vieron a Falcao y a Paolo bastante combativos, luchando, intentando aprovechar sus opciones de clasificar, en ocasiones atropellados, en ocasiones impotentes, en ocasiones se alcanzó a atisbar un ápice de desespero debido a que no tenían opciones claras de marcar, había exceso de ansiedad y llegó un bálsamo al terreno, Ecuador marcaba en Quito y dejaba a Argentina afuera del mundial, en ese momento Colombia y Perú, Falcao y Paolo estaban en el mundial.

Pocos minutos más tarde Argentina dio vuelta al partido y ya ganaba, en ese momento, sólo en ese momento Falcao iría a la repesca y Paolo estaría por fuera de Rusia, el desespero se apoderó de los peruanos y en especial de Paolo.

Promediando el primer tiempo llegó por fin una clara para Paolo, un centro al área que tomó mal parado a Murillo pero Paolo midió mal el cabezazo, rozó la pelota y esta salió al final de la cancha, Paolo manoteó, golpeó el terreno con su mano y se levantó a reclamar algo al árbitro, algo que no existía.

Con estas condiciones finalizó el primer tiempo. Colombia como quinto clasificado y Perú en la sexta plaza; quedaban 45, tal vez 48 minutos de angustia pero a la vez de oportunidad.

Continuaba el partido en la segunda parte, Paolo seguía por fuera del mundial y se notaba su desespero intentando provocar a Óscar Murillo cada vez que había un espejismo de ataque, poco faltó para que el defensor entrara en su juego de provocación.

Cerca al minuto 70 Colombia intentó atacar, una salida rápida con un centro al área buscando al hasta ese momento intrascendente Falcao, quien bajó el balón, intentó una jugada personal alargando un poco el esférico y en ese momento llegó James, aprovechó la ocasión, remató con su pierna menos hábil y embocó el balón en la portería peruana, esto confirmaba a Falcao en Rusia y dejaba a Paolo afuera, sin ninguna ocasión. En paralelo Brasil derrotaba a Chile por dos goles dejando a Paolo y a su equipo a un tanto de buscar la repesca.

Perú inició un ataque masivo, tratando de encontrar la ocasión que diera el empate a los suyos. Más con desespero que con orden causaron un bombardeo en el tercio del campo defensivo de Colombia. La angustia se apoderaba del Nacional de Lima, los peruanos en silencio y los 1000 colombianos presentes en el coloso de la capital peruana celebraban.

Paolo logró una falta cerca al área colombiana, tal vez sería su última oportunidad de acercarse a un mundial, por edad no alcanzaría cuatro años más. Se paró frente al balón para patear un tiro libre indirecto, se la jugó rematando al arco y para su fortuna James rozó el balón con la cabeza, lo que automáticamente convertía el lanzamiento indirecto en una jugada válida, Paolo vio en un instante de segundo que para el significó una eternidad como Ospina volaba, tocaba la pelota con su mano pero finalmente llegaba al fondo de la red, gol de Perú, gol de Paolo y este tanto lo volvía a colocar en la repesca ante Nueva Zelanda, Paolo tenía nuevamente una oportunidad de estar en el mundial.

Los minutos transcurrieron como una real batalla hasta que se escuchó el tercer gol de Brasil y un gol de Venezuela, lo que sepultaba definitivamente a Chile y a Paraguay, a partir de ese momento los equipos se dedicaron a tocar el balón en media cancha y a dejar que el tiempo pasara. Finalmente al minuto 48 el árbitro pitó el final del partido y hubo júbilo en Lima, Falcao estaba en el mundial y Paolo sigue teniendo una alta oportunidad de estar también.

En esta ocasión la fortuna le sonrió a Colombia, el típico dicho de las abuelas que decía “faltaron cinco centavitos para el peso” en esta ocasión no se presentó, se tuvo el peso completo y la felicidad es hoy para un pueblo anhelante de alegrías.

Es hora de celebrar con mesura, con responsabilidad y con respeto. Desde la semana venidera el equipo necesita empezar trabajar fuertemente en sus conceptos básicos, tácticamente fue un partido ejemplar, técnicamente no tanto pero eso es tema de otra entrada, por hoy hay que gozar que a Falcao no le faltaron cinco centavitos para el peso y que a Paolo, quien también merece un mundial, le faltan cinco centavitos pero puede trabajar para obtenerlos y cumplir también el máximo sueño para un futbolista, ¡vivir, disfrutar y disputar un mundial!

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