Atrás quedaron los días de la guerra , al menos así llenos de convicción y esperanza llegaron 116 excombatientes del frente 58 de la guerrilla de Las Farc a la vereda Gallo donde estarán concentrados 180 días para la posterior entrega de las armas.
Esta vez no llevaban fusiles en sus hombros, ni granadas en sus manos para combatir, no estaban a la defensiva,aunque portaban sus armas esta vez no se usaron para asesinar a sus semejantes. Llegaron con un equipaje liviano pero de gran peso para ellos y la sociedad colombiana, la paz, la tan anhelada paz, para estos hombres y mujeres metafóricamente llegó empacada en un único equipaje, un morral de campaña.
Los «hijos de la guerra» de este frente, dos menores hijos de dos guerrilleras hoy tuvieron otro amanecer, en medio de mínimas condiciones, pues no hay agua potable, ni alojamientos, sí vivirán y disfrutarán de la libertad, a partir de hoy ellos dejaron de ser los hijos de la guerra, ya son los hijos de la paz y como niños sueñan vivir en un pais mejor. esperan que la sociedad los acoja y les perdone el la impuesta culpa que llevan por ser hijos de guerrilleros.
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El sitio escogido como zona veredal no estuvo acondicionado, a toda maquina muchos de sus compañeros trabajan en la construcción del albergue, sin embargo ellos cumplieron con la orden de trasladarse al sitio, esta vez para dar la más dura de las guerras » materializar la paz y resocializarse a vida civil
El viaje a bordo de lanchas estuvo acompañados por miembros de la Misión Observación de la ONU y por Joverman Sánchez Arroyave, alias «Rubén o El Manteco». Una vez en Gallo, que geográficamente para ellos no es desconocida si dejaron evidenciar un ambiente para ellos nuevo pero que con optimismo acogieron ese ambiente que solo nos permite disfrutar de la paz y la tranquilidad.