Por: Victorino Gasparín:
Unas elecciones atípicas vivirá Cereté este 5 de febrero de 2017, en otrora el municipio de Córdoba, pujante, capital del extinto oro blanco, de las empresas agroindustriales y que hoy se encuentra sumido en un desorden administrativo por cuenta de aquellos que perdieron el norte, y otros que hoy quieren ganar la alcaldía con las mismas tácticas, la chabacanería y la terquedad; Analizando los perfiles y trayectorias de los tres aspirantes al primer cargo público de este municipio debo señalar los más opcionados y reconocer que hay diferencias marcadas que han hecho que hoy cambie de opinión. Dos hombres cronológicamente diferentes inscribieron sus nombres ante la Registraduría para dicha contienda. El primer candidato, Camilo Mejía perdedor en las elecciones del 2015, oriundo de Ciénaga de Oro, aspira bajo la sombra del exalcalde Francisco “El negro Padilla”. El segundo candidato, Elbert Chagüi, hombre probo, intachable, empresario, goza del afecto del pueblo cereteano.
Nadie en Cereté duda de Don Elber Chagüi, querido y admirado en su tierra, entendió que la política debe reiventarse recuperando el respeto y sentido de pertenencia por lo público, así como lo hicieron los primeros alcaldes Alfonso Spath Spath, Abraham Saker Chagüi y Alberto Saibis Saker, bien recordados por sus magnas obras, que posicionaron a Cereté como un municipio emprendedor. Ellos visionaron la importancia geográfica, el potencial agroindustrial, la tenacidad de sus pobladores para trabajar la tierra, allí también estaba Don Elber, ajeno a la política en aquella época, observaba cómo su pueblo avanzaba, no obstante hacía parte de ese desarrollo desde la empresa privada.
De Camilo Andrés Mejía, se conoce que es un joven criado en las huestes de su tío el “Negro Padilla”, una sombra de la administración anterior que dejó aciertos y dudas como el hecho de la profanación de imágenes como la de la virgen que vigilante acompaño el progreso de Cereté. Así perfiló lo que sería su mandato, nadie duda del carisma del “Negro Padilla”, pero fue un alcalde que desatinó con su peculiar forma de actuar, para muchos lo enfermó el poder, lo volvió terco, autoritarista, egocéntrico, con un discurso moralista pero con un actuar chabacano, grotesco, humillativo, y para otros profanador de la cultura milenaria de los cereteanos cuando creó un séquito de seguidores fanáticos. Detrás de él, los chismosos, bochincheros aplauseros patrocinándole sus malos comportamientos y chistes flojos, mal socio político dicen en Cereté, muchos se preguntan de dónde tanto poder económico para solventar dos campañas políticas, otros más parcos expresan que esta contienda electoral resultará una pelea costumbrista de “Tigre con Burro amarrado”
La sabiduría no se lleva en el cuerpo, está en la mente, en el cerebro de los que han logrado y dejado huella en su andar, por eso Cereté debe aprovechar la experiencia y sabiduría de Don Elber para recuperar la dignidad de los ceretanos. Atrás deben quedar los días de incertidumbre, las payasadas, del “Negro Padilla” ponerse a trabajar en serio, gestionar recursos para volver a creer, retomar la buena seguridad en el municipio, que en su entonces el “teniente Castilla” por allá en los años de 1948 puso en práctica, revivir las épocas de emprendimiento y rodearse de jóvenes que acaten la visión de Don Elber.
Camilo Mejía es buen muchacho, pero le falta, la sombra de su tío no lo hará llegar a al primer cargo del municipio, tiene un comité que resta mas no suma, el resentimiento, la terquedad están haciendo que el pueblo le coja los dineros pero votaran por Don Elber; La suerte está echada, el cónclave que ha logrado reunir Don Elber Chagüi para asegurar la alcaldía es fuerte, viene impregnada de compromiso, progreso y experiencia; El 5 de febrero Cereté nuevamente será respetado y Don Elber recuperará la grandeza de este paraíso Cordobés.