El giro inesperado de la política en Córdoba

El giro inesperado de la política en Córdoba

Los últimos escándalos de corrupción en Córdoba dieron un giro inesperado en la política. Los denominados barones electorales, Musa Besaile y Bernardo Elías, que se habían convertido en los más asediados, ahora son negados hasta por sus propios socios y amigos, hecho que repercutirá en las próximas elecciones.

Los frecuentes rumores sobra la ola de capturas que se avecinan en esta sección del país, tienen prendidas las alarmas de todos los pobladores. Eso se evidencia en la Gobernación de Córdoba donde hay la más creciente expectativa ante la posible detención, con fines de indagatoria, del actual gobernador, Edwin Besaile Fayat.

Aunque el mismo mandatario negó ante los medios de comunicación local que hubiera una orden de captura en su contra y que estuviera dispuesto a renunciar, también dejó abierta esa posibilidad al señalar que comparecerá, sin inconveniente alguno, en caso que sea requerido por las autoridades.

Así las cosas, el futuro político en Córdoba es incierto. No se sabe con qué candidatos se la jugarán esas dos fuerzas específicamente y tampoco se han definido las alianzas estratégicas, pues el nivel de confianza entre ellos ha disminuido.

En todos los sectores políticos del departamento hay diferencias. No se escapa uno solo. El afán de aspirar en las próximas elecciones ha hecho que se rompan algunos pactos que se habían sellado con ‘sangre’.

Varios dirigentes están esperando la lista de denunciados ante la Fiscalía y ante la Corte Suprema de Justicia para después verificar quiénes quedan en el tintero para empezar la actividad política. Incluso, en los municipios también hay tensión porque varios de los alcaldes participaron en los actos de corrupción que ha venido señalando el exgobernador Alejandro Lyons, hoy protegido por la justicia de Estados Unidos y principal colaborador de la Fiscalía General de la Nación en la denuncia de actos de corrupción en Córdoba y en la justicia colombiana.

Silencio en la U

Todo parecía estar listo en el partido de la U. En esta oportunidad el poder era para el arquitecto Edwin Besaile y en la próxima sería para un pupilo del senador Bernardo Ñoño Elías. Sin embargo, esa condición cambió.

Las traiciones que se empezaron a dar desde el principio de la administración, las denuncias que hizo evidentes Besaile en contra de su antecesor Lyons, los pagos hechos por el ejecutivo, pese a los controles de advertencia hechos por la Contraloría a los denominados carteles de la hemofilia y de síndrome de Down, ‘reventaron’ las alianzas y todo se vino a pique.

Hoy nadie habla de candidaturas. Y algunos que estaban sonando, prefirieron esconderse y mantener su bajo perfil en estos días de convulsión.

Tampoco se habla de alianzas para la Alcaldía de Montería. En unos meses sonó incluso la esposa del senador Musa Besaile, la exreina de Sucre Milena Flórez de Besaile. También se oyó el nombre de Salim Ghisays, pero todo ello quedó en el congelador, mientras se define también la situación del actual alcalde, Marcos Daniel Pinedo, quien aún tiene vigente su proceso por las presuntas irregularidades en la remodelación del coliseo Miguel Happy Lora.

En el partido de la U también ocupa un lugar especial la excongresista Zulema Jattin, también salpicada por múltiples escándalos de corrupción junto a su hermano Pacho Jattin, exalcalde de Lorica, quien tiene casa por cárcel. Zulema terminó también su pacto de fidelidad con el exsenador Martín Morales, hoy tras las rejas en La Picota.

Guerra azul

El partido Conservador sigue en líos. La competencia por el senado entre los congresistas Nora García y David Barguil crece cada día.

Varios de los funcionarios de Barguil en la administración municipal y en los entes descentralizados de la misma, salieron de sus cargos.

Algunos miembros de la colectividad, quienes pidieron reservar sus nombres, indicaron que los comentarios que hacen los uno de los otros son tan fuertes que parecería que jamás hubieran sido amigos o aliados. La rapiña de líderes está a la orden del día y la orden perentoria es que todo aquel que apoye a Barguil saldrá de los cargos en el Municipio.

¿Crecen los rojos?

En los últimos días se ha venido hablando en Córdoba de la fuerza que poco a poco ha ido tomando nuevamente el partido Liberal, ese al que todos creían diezmado y sin ninguna posibilidad de recuperar la fuerza perdida.

El exsenador Juan Manuel López tiene alianza estratégica con el gobierno de Edwin Besaile, a quien apoyó, y eso le ha permitido una participación especial en el gabinete, incluso la Secretaría de Salud es cuota para su colectividad.

Los cargos a nivel nacional también están a la orden del día. El último fue el de la abogada monteriana María Eugenia Aparicio Soto, aliada incondicional de la casa López, a quien designaron como nueva viceministra del Trabajo.

En esta colectividad las diferencias también son evidentes. La senadora Arlet Casado y el representante Fabio Amín irán ahora por el cupo en el Senado. Ya no serán compañeros de fórmula y eso ha hecho que también haya ‘rapiña’ de líderes.

Los hechos acontecidos en el departamento le dieron un giro de 180 grados a la política regional. Los que antes se sentían seguros para seguir en el poder, hoy miras tras las rejas un futuro incierto y los que vislumbraban una posibilidad lejana, han encontrado en los escándalos una buena oportunidad para ocupar cargos de elección popular.

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