A estos costeños colombianos el presidente Nicolás Maduro los mantiene presos sin pruebas en su contra

A estos costeños colombianos el presidente Nicolás Maduro los mantiene presos sin pruebas en su contra

“Hemos estado con la Operación de Liberación del Pueblo, OLP, capturando mercenarios. En la zona norte de Caracas, barrio El Manicomio, capturamos un campamento de paramilitares colombianos con 92 personas a 500 metros del Palacio de Miraflores”, con esta introducción anunció a través de todos los medios el presidente venezolano Nicolás Maduro la captura de muchos colombianos que  según él, iban a desarrollar un plan para asesinarlo.
Los capturados, 59 costeños, cuatro barranquilleros, 55 bolivarenses entre ellos una mujer,uno de Manizales y otro de Bucaramanga para un total de 61, permanecen desde entonces en una cárcel  improvisada de venezolana, sin que se les haya comprobado delito alguno.
  «No existe una investigación formal ni una acusación que demuestre que estos colombianos incurrieron en algún delito dentro de este país (Venezuela)”. Afirma el abogado defensor del grupo Sergio Aranguren.
Asegura el jurista que en lo que va de proceso se han realizado cuatro audiencias, que fueron declaradas “nulas” al no haber una denuncia o acusación formal que los tipifique de algún delito en específico.
En la mayoría de los casos ellos desde la cárcel, y sus familiares desde Colombia afirman que son inocentes y que todo se trata de una posición absurda caprichosa del gobierno del vecino país.
 “No maté a nadie, no robé y no trafiqué con drogas. Tampoco falsifiqué documentos, ni infringí, que recuerde, ninguna ley» afirma Enoc Montemiranda Molinares  quien lleva  un año  y un mes preso en un galpón que funciona como cárcel en el comando de tránsito de la Policía Nacional Bolivariana, PNB, al suroeste de Caracas, Venezuela.
En el caso de Enoc, quien se desempeñaba como técnico en electrónica y ayudante de panadería,  hasta l dia de su captura, señaló  al medio colombiano El Heraldo que  “Caminaba por la avenida Fuerzas Armadas (centro de Caracas) cuando una alcabala de militares me detiene y me pide los documentos. Esa rutina es común acá, por lo que no me preocupé. Sin embargo, al transcurrir los minutos me subieron a un camión y no me devolvieron los papeles. No sabía qué pasaba. Jamás me dijeron nada. Allí inicia mi tormento”.
Afirmó que esa misma tarde fue  conducido hasta las instalaciones del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería, Saime,  en pleno centro de la capital, junto a los otros colombianos,

“Nos dijeron que nos iban a deportar, pero no sucedió de esa manera. Hasta ese punto no sabíamos lo que pasaba. Luego nos trasladaron hasta la sede del comando de la División Nacional Contra la Delincuencia Organizada”, cuenta Montemiranda, y señala que allí permanecieron sobre la azotea de la edificación, sin techo y a la intemperie por 26 días.

“Llovió como nunca durante esos días a toda hora y, paradójicamente, los días que no llovía hacía un sol terrible. Dormíamos en el suelo. La ropa mojada se nos secaba encima. Eso fue una pesadilla que no se la deseo a nadie” continuó su relato al medio costeño El Heraldo.

Los 61 colombianos están hacinados en el espacio habilitado para la detención.
 La historia de Enoc se repite en la vida de Emerson González, de 42 años, y de los otros 59 colombianos que ahora permanecen hacinados  en una improvisada cárcel, pasando hambre y cuanta necesidad, porque del grupo inicial que fue capturado 92 en total, unos se escaparon y otros  han muerto en condiciones infrahumanas,  tanto es así  que se dio el caso de un colombiano al que se le metió una cucaracha en uno de sus oídos y a pesar de los gritos de auxilio que emitía por causa de la fiebre y la infección nunca fue atendido, hasta que amaneció muerto. Otros han muerto porque no les daban pastillas para sus problemas cardíacos y otros han escapado.

Ahora los colombianos dicen que también han sido olvidados y abandonados por el gobierno colombiano porque han pedido la intervención de las autoridades colombianas para conseguirla solución a la injusticia que viven,pero nadie los ha ayudado. Peor aún  el consulado de Colombia en Venezuela no muestra interés en el caso de los connacionales. Sin embargo la versión de las autoridades es otra en la que señalan que sí están atendiendo el caso, «El consulado continúa  brindando asistencia jurídica y social a los connacionales y sus familiares, acompañando el desarrollo del proceso legal, realizando visitas periódicas en el sitio de reclusión, la última realizada el 5 de octubre del 2017, velando por la alimentación y atención médica oportuna de los connacionales en La Yaguara (sector donde está el galpón carcelario)”.

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