“Nos dijeron que nos iban a deportar, pero no sucedió de esa manera. Hasta ese punto no sabíamos lo que pasaba. Luego nos trasladaron hasta la sede del comando de la División Nacional Contra la Delincuencia Organizada”, cuenta Montemiranda, y señala que allí permanecieron sobre la azotea de la edificación, sin techo y a la intemperie por 26 días.
“Llovió como nunca durante esos días a toda hora y, paradójicamente, los días que no llovía hacía un sol terrible. Dormíamos en el suelo. La ropa mojada se nos secaba encima. Eso fue una pesadilla que no se la deseo a nadie” continuó su relato al medio costeño El Heraldo.
Ahora los colombianos dicen que también han sido olvidados y abandonados por el gobierno colombiano porque han pedido la intervención de las autoridades colombianas para conseguirla solución a la injusticia que viven,pero nadie los ha ayudado. Peor aún el consulado de Colombia en Venezuela no muestra interés en el caso de los connacionales. Sin embargo la versión de las autoridades es otra en la que señalan que sí están atendiendo el caso, «El consulado continúa brindando asistencia jurídica y social a los connacionales y sus familiares, acompañando el desarrollo del proceso legal, realizando visitas periódicas en el sitio de reclusión, la última realizada el 5 de octubre del 2017, velando por la alimentación y atención médica oportuna de los connacionales en La Yaguara (sector donde está el galpón carcelario)”.