El Clan del Golfo sigue ejerciendo ‘autoridad’ y despojando tierras en zona rural de Córdoba

El Clan del Golfo sigue ejerciendo ‘autoridad’ y despojando tierras en zona rural de Córdoba

Los tiempos en los que las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia, hoy convertidas en el Clan del Golfo, se convertían en la única ley y obligaban a sus propietarios a abandonar sus tierras aún están vigentes.

Eso fue lo que justamente ocurrió en una finca en la vereda Las Margaritas, corregimiento Centro Alegre, jurisdicción del municipio de Planeta Rica, hasta donde llegaron en promedio 12 hombres, a bordo de motocicletas, y  le dieron tres horas a su propietaria, Ana Carolina Silva Suescún, para que saliera del lugar.

Ana Carolina había heredado ese bien, luego que su compañero sentimental, Carlos Mario Echeverry, muriera en julio de 2011 y se lograra una conciliación con la anterior esposa, Blanca Nubia Grisales Franco, la cual fue debidamente tramitada ante la justicia ordinaria.

Quién dio la orden?

«El 23 de junio cuando llego a mi finca veo que hay seis motos, con dos hombres en cada uno, están regados por toda la finca, el trabajador y la gente de la casa tenía las maletas listas y cuando yo pregunto qué está ocurriendo me dice que tenemos que desocupar la finca. Uno de ellos, quien se presentó miembros del Clan del Golfo el trabajador me dijo que nos teníamos que ir porque esa finca era legalmente de la señora Blanca», indicó la afectada.

Ante esa advertencia ella les indicó que tenía absoluto derecho sobre ese bien, pues era la socia de su compañero sentimental y que legalmente podía demostrar su propiedad. «Esa finca es de la señora Blanca. Usted el único derecho que tiene es sobre su hijo», le dijo el hombre, quien tenía apariencia de ser el jefe.

«Usted me va a tener que matar acá», dijo Ana Carolina visiblemente preocupada porque la finca es la única fuente de ingresos para su sostenimiento. Fue entonces cuando el hombre escribió por su celular y luego le respondió con frialdad «Usted se va a hacer matar». Luego les quitó los celulares a ella y a los trabajadores.

Le insistió en que tenía tres horas para abandonar el predio y le prohibió sacar algo del mismo. «Al que se quede aquí lo matamos después de ese tiempo», sentenció.

Denuncia y captura

 

La propietaria del bien se fue hasta el Gaula en Montería y denunció lo que estaba ocurriendo. También lo hizo ante la Fiscalía General de la Nación.

Al día siguiente regresó con los uniformados. Sin embargo sus’verdugos’ no se dieron cuenta que ella llegó con la autoridad y cuando vieron entrar el carro a la finca, de inmediato llegaron al lugar y ella los reconoció como dos de los que habían estado el día anterior en el lugar y la habían desplazado.

El Gaula capturó a los dos hombres, quienes confirmaron que eran miembros del Clan del Golfo y que estaban cumpliendo órdenes.

«A uno de los miembros del Clan le sonó el celular y el Gaula le dijo que lo contestara y que hablara normal. Del otro lado de la línea se escuchaba a una mujer que le preguntaba ya tienes el paquete? Ellos iban por mi», reiteró.

En compañía del Gaula fue a una finca vecina, de propiedad de Blanca Nubia Grisales Franco a preguntarle si era cierto que ella había ordenado el desplazamiento, pero no estaba y por ello le dejó razón al administrador Luis López sobre lo que estaba ocurriendo.

Cuando Ana volvió  la finca, días después, ya la encontró en poder de otros trabajadores, tenían el pasto alquilado y ella había sido despojada del lugar, sin derecho a demostrar jurídicamente la posesión sobre el bien.

Explicó que tiene la posesión del bien desde el 2010 y es madre de un hijo con el dueño y socio del predio, razón por la cual pide que esa situación se dirima por las vías legales y no por la fuerza de los grupos al margen de la ley que operan en la región.

 

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