Los lujos, excentricidades y privilegios que tienen excongresistas y otros polémicos personajes en La Picota

Los lujos, excentricidades y privilegios que tienen excongresistas y otros polémicos personajes en La Picota

Este lunes 15 de abril, el diario ‘El Tiempo’ reveló una investigación en la que da a conocer los lujos, excentricidades y privilegios con los que viven varios congresistas entre los que se encuentra el exsenador cordobés Bernardo ‘Ñoño’ Elías y otros polémicos personajes en el centro carcelario La Picota, de Bogotá.

De acuerdo con lo publicado por el medio, en días pasados los exsenadores ‘Ñoño’ Elías y Otto Bula, quienes están presos por los sobornos de Odebrecht, tuvieron una discusión, todo porque uno de ellos aseguraba que era imposible abrirle cupo en el privilegiado pabellón Ere Sur de La Picota al recién detenido Antonio Guerra.

Pese a que Guerra De la Espriella es un exsenador del partido Cambio Radical, miembro de una poderosa casta política, el propio Bula indicó que él entregó evidencia de su presunta participación en la aprobación de contratos clave para Odebrecht, incluido el de estabilidad jurídica de la Ruta del Sol II, que la eximía del pago de tributos. 

Por lo que días después, Guerra fue enviado a una guarnición militar y si bien se trató de una decisión de la Corte, algunos manifestaron y se la atribuyeron a las prerrogativas que los nuevos huéspedes de ese ‘prestigioso’ patio han ido colonizando.

‘El Tiempo’, asegura en su publicación que el mismo día de dicha discusión, estaban en el salón de visitas otros miembros de la llamada nueva generación de presos de Ere Sur, que retratan la situación del país y que aun así siguen gozando de privilegios.

Según el informe, en el grupo de ‘nuevos’ están los excongresistas David Char y Álvaro Ashton, ambos tenían viejos expedientes pendientes por parapolítica que solo se movieron cuando estalló el llamado escándalo del ‘Cartel de la Toga’. 

Como se recordará, por ese mismo caso, el expresidente de la Corte Suprema Francisco Ricaurte, también terminó en el Ere Sur, compartiendo espacio con personajes como Héctor Julio Alfonso López, el hijo de ‘la Gata’; Carlos Palacino, en juicio por el desvío de 300.000 millones de pesos de la salud; y Jorge Noguera, condenado por las chuzadas del DAS y por un crimen.

De acuerdo con el testimonio de un alto funcionario recién posesionado que examina los comportamientos del pabellón en mención, “en ese patio están los cerebros de la corrupción, la parapolítica, el desangre a la salud y hay hasta señalados asesinos, como el exsenador Álvaro García, condenado por una masacre paramilitar. Todos están revueltos y gozan de privilegios”.

Asimismo, señaló que en el también llamado ‘Congresito’ ingresan desde una lata de atún por 40.000 pesos hasta una botella de whisky, por 800.000 y es el único patio del país donde no hay hacinamiento: solo están ocupadas 34 de las 56 celdas sin barrotes: las ventanas tienen vidrios y cortinas. Hay señal de cable, computador con conexión a internet y dos visitas semanales: mientras los demás reclusos solo tienen una visita conyugal al mes, estos la pueden tener semanal. 

El funcionario manifiesta además que si hoy día hicieran una requisa sorpresa, encontrarían celulares que ingresan ilegalmente por valores que, según la marca, alcanzan los cinco millones de pesos, “si lo sabe pedir, hay patinadores que desde el exterior pueden hacerle llegar lo que sea”, dijo uno de los llamados patinadores del patio al diario en mención.

Mientras el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, busca endurecer las penas y condiciones carcelarias de los corruptos, por ahora los del denominado Ere Sur tienen gimnasio privado, cocina propia y la posibilidad de ingresar alimentos de restaurante, por “razones de seguridad”, “allí trabajan dos señoras quienes reciben un salario mensual y prestaciones de ley para que preparen los menús de quienes conviven en este pabellón. El sueldo corre por cuenta de los internos”, manifiesta El Tiempo en su investigación.

Asimismo, el diario reveló que los productos para el menú también son pagados por los presos y añadió que cuando hay algún alimento que no está en los listados que el Inpec tiene autorizados, se paga una especie de peaje que oscila entre 40.000 y 200.000 pesos, este valor varia o sube más cuando se trata de licor importado.

Además, los reclusos también pueden recibir catequesis con un sacerdote de la Emaús, o criar conejos y participar en los cultivos de hortalizas y verduras en una huerta privada. 

Por otro lado, indica que cuando estalla un escándalo, como los excesos en los que incurrió Emilio Tapia, cerebro del saqueo de Bogotá, o los del exsenador Juan Carlos Martínez Sinisterra, los controles en el patio suelen aumentar. 

“Pero las medidas se vuelven a reducir y otra vez entra de todo. Con decirle que hay casos en donde las supuestas abogadas no tienen tarjeta. Muchos de los visitantes de los miércoles no aguantan una verificación por parte del Consejo Superior de la Judicatura”, aseguró otro de los patinadores y agregó que el temor de los huéspedes del patio Ere Sur es que, tras la captura del anterior director de La Picota, el mayor Luis Francisco Perdomo, se les complique el ingreso de la procesión de políticos que tienen planillados y con los que intentan seguir incidiendo en el mapa electoral, de cara a los comicios regionales que se realizarán en el mes de octubre próximo.