Un insólito caso le ocurrió a Riley Wooff, un niño de 6 años que por poco pierde la vida, luego que su lengua le quedara atrapada en un termo de plástico.
La emergencia se presentó cuando el pequeño se encontraba en la parte trasera del vehículo, mientras su madre conducía y quien se percató que su hijo se estaba quejando de dolor por lo que frenó el carro para ver lo que ocurría.
En su afán por ayudar al menor, la mujer intentó zafar la tapa de la botella, sin embargo no lo logró y por el contrario la lengua de su hijo cada vez se hinchaba más y tomaba color negro, por lo que de inmediato lo llevó a una clínica.
Los médicos también intentaron soltar la tapa pero les fue imposible y tuvieron que intervenir quirúrgicamente a Riley. La noticia grave fue para la madre que pasó horas esperando que todo saliera bien pues le advirtieron que la cirugía era arriesgada y que su hijo podía morir.
Afortunadamente, los médicos lograron retirar la tapa bajo sedación y el pequeño quedó con su lengua «intacta», aunque con impedimento de hablar por un tiempo.
Según la explicación que dieron los galenos, el menor corría peligro de muerte en la cirugía porque habría podido «perdido la respiración mientras cortaban la tapa y que la lengua hinchada bajara por su garganta, por lo que hubiera necesitado una traqueotomía».