El sujeto identificado como Carlos Andrés Amado Mejía, deberá pagar 33 años de prisión por el asesinato de un niño de un año y mes de nacido.
Según el reporte médico, el pequeño que era hijastro del hombre, murió por unos golpes contundentes que le destrozaron el hígado y le causaron una hemorragia interna.
El homicidio del menor ocurrió en noviembre del 2009, en una residencia del barrio Guayabal de la capital antioqueña. Las autoridades informaron que el cuerpo del niño presentaba numerosas cicatrices en la espalda y el tórax, signos de maltrato infantil y huellas de un mordisco en la mejilla derecha.
Los maltratos contra el menor víctima eran frecuentes y su madre siempre aseguró que las lesiones que presentaba, eran ocasionadas por un “duende”. Testigos también aseguraron que el Amado Mejía era consumidor habitual.
El proceso duró varios años, pero finalmente el Juzgado 22 Penal del Circuito de Medellín avaló la totalidad de las pruebas presentadas por la Fiscalía General de la Nación y condenó al hombre, mientras que la mamá del menor, Mildred Melissa Calderón Ocampo, fue sentenciada por homicidio culposo en comisión por omisión.