Ave de mal agüero

Ave de mal agüero

Por: Victorino Gasparin 

Existe una máxima que nos enseña: “Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”. La actual gobernadora encargada del departamento de Córdoba, Sandra Devia (encargada es un tecnicismo, pues lleva una cuarta parte del periodo constitucional) no conoce y no tiene porqué conocer la historia del departamento que dirige, no es oriunda del departamento, pero es que además de eso no le interesa conocerla, no le importa.

Muy seguramente la doctora Devia, no sabe que en el corregimiento El Tomate, municipio de Canalete, un 30 de agosto de 1988 ocurrió la más nefasta masacre que aún habita en la memoria colectiva de todos los cordobeses en la cual fueron asesinados por grupos paramilitares, de manera  inmisericorde más de 16 campesinos, entre ellos niños, cuyo autor intelectual, según el decir de pobladores sobrevivientes, fue un no muy lejano habitante del Palacio de Naín, poseído, muy seguramente, por el despiadado espíritu de Jaraguay.

Tampoco conocerá la Gobernadora encargada del departamento que el corregimiento de Mejor Esquina, no pertenece a Antioquia, sino que se ubica en Jurisdicción municipal de Buenavista,  y que Buenavista no es un Centro Comercial, sino un municipio del departamento de Córdoba, y que ahí, igualmente fueron acribillados 28 campesinos una nefasta noche de un Domingo de Resurrección del fatídico año de 1988.

Son innumerables los hechos históricos de violencia que aquí se podrían señalar, como la masacre de 11 militares y una decena de civiles en Saiza, corregimiento de Tierralta, el asesinato sistemático de líderes políticos, sindicales y sociales que enlutan a miles de familias en el departamento de Córdoba, entre otras situaciones, que arrojan una estadística de que 1 de cada 5 habitantes del departamento es víctima del conflicto armado, según dato de la Unidad de víctimas.

Como no conoce la historia la señora Gobernadora dirá que los cordobeses son violentos por naturaleza y no, no es así, la violencia local padecida a lo largo de los años es importada, sus actores vienen de afuera, como ella, vienen de otras regiones.

Insistimos, al no conocer la Gobernadora el departamento y su rastro de violencia, es por eso que poco o nada le interesa que en esta primera semana del mes de septiembre (del 2 al 7) se celebra a nivel Nacional la jornada de “La semana por la paz”, convocada por la Unidad Nacional De Víctimas, La Alta Consejería  Para Los Derecho de las Víctimas, la Paz y la  Reconciliación; La Agencia para la Reincorporación, La Conferencia Episcopal de Colombia, entre otras organizaciones gubernamentales, sociales y defensoras de Derechos Humanos,  en la que se busca la reconciliación Nacional, la construcción de una Colombia justa, democrática, participativa y respetuosa de los Derechos Humanos y lo más importante el respeto a la vida, donde hechos como los narrados en línea precedentes nunca se vuelvan a repetir.

Lamentable que la Gobernación de Córdoba a través de su mandataria no se vincule a esta jornada, ha sido completamente indiferente con la convocatoria, convirtiéndose Córdoba en el único departamento que no tiene programación en el marco de “La Jornada Por la Paz”.

Ahora bien, en aras a la verdad, la indiferencia no es sólo de la actual Gobernadora del Córdoba Sandra Devia, sino también del resto de la clase dirigente y política departamental, a excepción del alcalde expedito Duque, alcalde municipal de Puerto Libertador (Córdoba), quien está comprometido en auspiciar, acompañar, liderar eventos y actividades, ya programadas, dentro del marco de la jornada de La Semana por la Paz  a lo largo y ancho de su municipalidad, e igualmente, el Diputado Orlando Benítez Mora, quien al interior de la asamblea propondrá la creación del premio departamental de paz como reconocimiento a las personas o instituciones que luchan diaria e incansablemente por la construcción de la paz y la defensa de la vida, tal como lo manifestara en un evento por la paz organizado por la sociedad civil.

Como no se conoce la historia se está condenado a repetirla y en ese camino de violencia cabalga nuevamente el departamento de Córdoba, convertido ya en el territorio del Caribe colombiano  con más líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados (9 en lo transcurrido del año 2018), ubicándose en el cuarto lugar a nivel Nacional, y donde según informes de autoridades operan nueve diferentes grupos armados al margen de la ley.

La Gobernadora se convertirá por omisión en el viento que sopla la antorcha que aviva la nueva violencia que se asoma en el confín de nuestro departamento al no ser capaz de articular conciencia colectiva, empoderamiento de  la  población civil de su territorio para arrebatárselos a los violentos, implementar procesos que lleven a defender la vida y a la construcción de una paz total, justa y duradera.

En nuestra historia Naín es el cementerio del despiadado y temido cacique Jaraguay, de donde toma su nombre el palacio blanqueado de la 27, donde ya no anida la paloma de la Paz sino que sobre él posa una extraña ave foránea, unos dicen que de rapiña, traída por los vientos morales de Los Andes por una dirigencia política que se cree impoluta… Y así no es.