Barack Obama, el primer presidente de color que habitó en la Casa Blanca, en horas de la noche de este martes en Chicago dio su último discruso como primer mandatario de los Estados Unidos.
El primer jefe del Estado y del Gobierno de un país occidental que no es blanco se despidió con un emotivo discurso de casi una hora que incluyeron lagrimas, sonrisas y aplausos. El discurso final se realizó en la ciudad en la que labró su carrera política, Chicago.
Obama, en su discurso tocó temas como la unidad, la esperanza y del poder de cada ciudadano en un sistema democrático para cambiar el destino de un país. «El cambio solo se produce cuando la gente normal se involucra».
Con un tono más sombrío, más de lo habitual, Obama destinó buena parte de su intervención a analizar lo que calificó como «el estado de nuestra democracia», y eso se tradujo en las tres amenazas que enfrenta la democracia en Estados Unidos: la desigualdad, las relaciones raciales, y la tendencia, en el mundo online, a «retirarnos a nuestras propias burbujas».
Aquí Obama tocó, sin mencionarla directamente, la proliferación de noticias falsas en webs como Facebook y Breitbart News, que han sido utilizadas por los grupos favorables a Donald Trump para lanzar todo tipo de teorías conspiratorias, que van desde la más famosa, donde afirmaban que Obama nació en Kenia, hasta otras, aún más enloquecidas, como que la matanza de 20 niños de entre 6 y 8 años en una escuela de Newton, en Connecticut, en diciembre de 2012 nunca sucedió, y fue un montaje del Gobierno de EEUU para arrebatar las armas a los ciudadanos. Te puede interesar (Las redes sociales y las noticias falsas).
Obama se atribuyó el que es su mayor éxito: la reactivación de la economía de EEUU, que estaba al borde del colapso cuando asumió el cargo, en enero de 2009, un mes en el que la primera economía mundial destruyó 600.000 empleos, la peor cifra en 34 años. Los bancos estaban parcialmente nacionalizados, y EEUU corría el peligro de caer en una depresión económica. Hoy, EEUU tiene pleno empleo, y está en una de las expansiones más largas de su Historia, aunque con un crecimiento muy inferior a lo habitual.
Obama también se permitió algunos momentos de emoción, cuando agradeció a su esposa, Michelle, su apoyo. El vicepresidente, Joe Biden, también tuvo que secarse los ojos en el momento en el que Obama se refirió a él. Finalmente se despidió pidiendo que «no recordéis mi capacidad, sino la vuestra, para traer cambio». Y recordó el eslogan de su campaña en 2008: «Sí se puede. Y pudimos».Sin embargo, y pese a todas las soflamas, la fiesta no fue tal. El Partido Republicano y Donald Trump quieren pulverizar el legado de Obama en los próximos años. Sin embargo, no lo tendrán fácil, porque la reforma sanitaria del presidente es muy difícil de reemplazar sin dejar sin atención médica a 20 millones de personas – buena parte de ellas, votantes de Donald Trump – y la regulación de Wall Street es casi inamovible.
¡Obama Out!
