Gustavo Abad, constructor de la memoria histórica cordobesa

Gustavo Abad, constructor de la memoria histórica cordobesa

Por Mary Luz Jiménez

Es el amanecer de un día cualquiera, en una casa de alegres tonos azules y contrastes blancos, ubicada en el barrio El Prado, en el municipio de Cereté. Y desde aquí Gustavo Abad Hoyos se prepara para cumplir con su rutina diaria como docente.

“El profe Abad”, como lo conocen sus vecinos, camufla su gusto por la escritura en la enseñanza de la historia, por lo que no es difícil definirlo como un escritor con mucho talento.

La mañana transcurre con la jornada de clases en la institución educativa Marceliano Polo. Allí enseña no solo ciencias sociales, sino también amor hacia la lectura y la escritura.

Este educador, oriundo del municipio de Pueblo Nuevo, se considera un hijo adoptivo de Cereté. Un hombre de estatura promedio, robusto y de tez morena. Su cara muestra una expresión dura que aparenta un carácter de profesor tosco, sin embargo, más allá de esos rasgos hay un talento para escribir que despertó desde la infancia y cuya inspiración nace cada día en los pequeños detalles de la vida y amor por su tierra.

Retratista con letras

Es un narrador y constructor de la memoria histórica cordobesa, un retratista con letras de situaciones de la vida, que intentan a su vez, trasladar a los Zenúes a sus raíces, su cultura y su historia para construir identidad.

De vuelta a casa, luego de la jornada escolar, se toma unos momentos para sí mismo, antes de que llegue la hora de volver a su actividad como educador constante, pues gran parte de su tiempo fuera del colegio los dedica a dictar cursos que despierten en los jóvenes un interés por la cultura y el conocimiento, con lo cual espera crear una realidad diferente.

Este hijo adoptivo de Cereté no vive en el total anonimato. Muchas de sus publicaciones son reconocidas en el departamento, pero no al punto de ser tan afamado como otros autores locales. Es así como crea, por vocación y amor a las letras, sin esperar renombre o prestigio: solo siendo un profesor que vive para enseñar a través de las memorias, construyendo conocimiento desde la discreción de su personalidad.

Vive en su historia

Un día de enseñanza se va y otro llegará. Cuando los estudiantes no están, su casa se convierte en un escenario de aprendizaje para sí mismo a través de la lectura, la cual le ayuda a mejorar su técnica cada vez más. Esta es la cotidianidad de un docente que a su vez es escritor, historiador, periodista, esposo y padre.

Abad no vive en Cereté, ni en el barrio El Prado. Vive en su historia, su cultura y su gente, tres cosas que, al final, son su mayor fuente de inspiración para escribir, lo que él considera la mejor perspectiva para crear memoria e identidad en los cordobeses.

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